21 ene 2012

Origen del Año Nuevo - lectura Histórica

Investigación Histórica del origen pagano del año nuevo
Fuente: diferentes enciclopedias  
Origen del Año Nuevo - lectura Histórica

La fiesta de la Saturnalia Una de las más antiguas fiestas que recuerda la historia de la antigua roma es la famosa fiesta llamada la Saturnalia. Esta fiesta se celebraba en honor al dios de la agricultura Saturno.   La Saturnalia no era una fiesta de un solo día sino era una temporada. Se celebraba desde el 17 de diciembre al 24. El 25 de diciembre venia la celebración del cumpleaños del dios Mitra, dios de la luz y el sol y la fiesta se cerraba con la fiesta de las Calendas el 1 de Enero que era el Año nuevo de los romanos. 
Los regalos En la fiesta de la Saturnalia, un pontífice se paraba en frente del templo de saturno y exclamaba: “Saturnalia Ho Saturnalia”. La palabra se esparcía de boca a oído a los largo del forum y a través de las calles y todo el pueblo se daba a una salvaje alegría. Durante este periodo el pueblo y el senado hacían los preparativos para presentar los regalos a los emperadores.
Las luces y decoración El periodo de la Saturnalia fue caracterizado por procesiones, santos, luces, adornos de las casas con hojas verdes y hojas de laurel, se daban presentes; los hombres se vestían como mujeres o se enmascaraban en pieles de animales.
Juegos de saturnalia y regalos A los esclavos se les daba una libertad temporaria. El trabajo era olvidado, se podía beber, jugar, vestirse como personas libres y decir lo que ellos deseaban decir. Insultos que en otra ocasión le podía costar la vida a un esclavo en esa fiesta se le permitía decirla a sus superiores. Comían los mejores alimentos, mientras sus patrones esperaban. La fiesta al principio duraba tres días, después se alargo a siete. Solamente el primer días de la fiesta tenia algún significado religioso, el resto del tiempo se pasaba en borracheras.  Los juegos de azar que eran prohibidos por los romanos, en la Saturnalia se permitían. Nadie es estos días debía cobrar las deudas. Cualquiera expresión de sentimiento era olvidada. Las cortes eran cerradas, los castigos debían esperar. Las escuelas eran cerradas. Se intercambiaban regalos como cirios, imágenes pequeñas y las muñecas eran las preferidas. También se regalaban monedas de oro, plata o cobre.
25 de Diciembre cumpleaños dios Mitra Pero lo mas importante de la fiesta de la Saturnalia era celebrar el 25 de diciembre el cumpleaños del dios Mitra el dios de la luz y dios del sol. También elegir un “rey” que gobernara sobre los rebeldes. Su gobierno era todo en broma. Este rey en vez de usar una ropa incómoda, se ataviaba de ropas con brillantes colores y suelta. Al rey se le aclamaba a gritos: “Ho Saturnalia” y la multitud en las calles gritaba, saltaba, cantaba, danzaba. Se ponían vestidos extravagantes y se usaban máscaras con figuras de animales. Se hacían procesiones con antorchas y también juegos bruscos. La Saturnalia se cerraba con la fiesta de las Calendas el 1 de enero.
La fiesta pagana se transforma en el cumpleaños de Jesús La Saturnalia en honor al dios Saturno fue el festival pagano de los romanos que dio origen a lo que hoy conocemos como la navidad. El cumpleaños en honor a Mitra o dios sol el 25 de diciembre fue dedicado por la iglesia católica como el cumpleaños de Jesús. De ese modo dejaba contentos a los paganos que aceptaban el cristianismo paganizado. Hoy los cristianos no están celebrando un cumpleaños ordenado por Dios a Jesús, sino un cumpleaños pagano, así como el año nuevo ordenado por el Papado.
Año Nuevo
Juegos pirotécnicos y ruido ¿Por qué se celebra el año nuevo con ruidos? La alegría que hoy provoca el esperar el año nuevo con ruidos de cornetas, pitos, sirenas, fuegos artificiales, etc., no es otra cosa, que la manera ahora más sofisticada de la costumbre que tenían los pueblos paganos de esperar su año nuevo. Ellos prendían fogatas y hacían grandes ruidos porque creían que de ese modo podían espantar los malos espíritus y dar lugar para que los buenos espíritus volvieran a la tierra y trabajaran en forma mágica en sus vidas.
El dios Janus. de hay el nombre del mes ...January  Nosotros le debemos a Roma Pagana la costumbre de observar el nuevo año el primer día del mes primero del año. Durante el primer siglo AC el emperador Romano Julio César, confeccionó un nuevo calendario, conocido como el calendario Juliano. Este calendario designaba a Enero como la fecha para empezar el año. El nombre para el primer mes del año, también vino de Julio Cesar.  El le dio al primer mes del nombre de Janus, en honor al dios Janus, considerado por los romanos el “dios de las puertas y los portales”, de allí viene el nombre January.
El año nuevo y el año viejo origen pagano Los romanos creían que Janus era el dios que cuidaba las puertas del cielo y de la tierra, por eso lo pintaban sosteniendo en su mano derecha una gran llave con la que puede cerrar la puerta del viejo año y abrir las puertas del nuevo. También a Janus se lo pintaba sosteniendo un cetro en su mano izquierda, como un símbolo de su poder. Al dios Janus se lo pintaba con dos caras. Debido a que los portales se abren hacia adentro y hacia afuera, Janus miraba con una cara atrás hacia el año viejo y con la otra hacia el año nuevo.  Para el primero de Enero los romanos celebraban a Janus con una gran festival.
El desear feliz año Frente a las grandes puertas del templo edificado a su nombre, los romanos se divertían, se alegraban y hacían grandes procesiones en su honor. Regalos especiales eran traídos al emperador en esa fecha, con los deseos de buen augurio. También se intercambiaban regalos entre los amigos. De los tiempo de Roma pagana nos llega a nosotros la costumbre de dar regalos y desear buena suerte para el año nuevo.
El año Nuevo  La festividad de Año Nuevo no es de origen reciente. Según revelan inscripciones antiguas, ya existía en Babilonia en el tercer milenio antes de nuestra era. La fiesta, que tenía lugar a mediados de marzo, era importantísima. “En ese momento, el dios Marduk decidía el destino del país para el año siguiente”, dice The World Book Encyclopedia. La fiesta babilónica del año nuevo duraba once días, en los que se hacían sacrificios, procesiones y ritos de la fertilidad.
El año comienza en enero dedicado al dios pagano Jano Durante algún tiempo, los romanos también consideraron que el año empezaba en marzo, hasta que, en 46 a.E.C., el emperador Julio César decretó que diera comienzo el 1 de enero, un día ya dedicado a Jano (el dios de los inicios) y que a partir de entonces también sería el primer día del calendario romano. Aunque cambió la fecha, se mantuvo el ambiente carnavalesco.
Supersticiones del nuevo año El 1 de enero la gente “se entregaba a excesos desenfrenados —dice la Cyclopedia de McClintock y Strong—, así como a diversas supersticiones paganas”. Los ritos supersticiosos aún ocupan un lugar en las celebraciones de Año Nuevo. Por ejemplo, en algunas zonas de Sudamérica, las personas dan la bienvenida al nuevo año apoyadas sobre el pie derecho. Otras tocan trompas y tiran petardos. Según una costumbre checa, en Nochevieja hay que comer sopa de lentejas, mientras que una tradición eslovaca dice que la gente debe poner monedas o escamas de pescado debajo del mantel. Estos ritos, concebidos para protegerse de las desgracias y garantizar la prosperidad, no hacen más que perpetuar la creencia antigua de que el cambio de año es el momento en que se deciden los destinos.
¿Por qué el año comienza el 1 de enero?  La decisión de comenzar el año en enero tiene su origen en la antigua Roma, en el siglo II a.C., pero durante la Edad Media el inicio del año se celebraba en la Navidad, la Encarnación o la Pascua. La historia de nuestro calendario, el más usado del mundo, es el resultado de aproximaciones sucesivas del año civil al año astronómico que marca las estaciones.
Fragmento de un antiguo calendario romano.
Un fundamento astronómico El día y el año (tal y como está definido hoy) tienen su fundamento en el movimiento de la Tierra sobre sí misma y en torno al Sol. El día y el año son pues los ladrillos de un calendario solar. Sin embargo, el mes es una unidad basada en el movimiento de la Luna y forma la base de los calendarios lunares. La semana, una unidad intermedia muy conveniente para organizar los días de trabajo y de descanso, corresponde aproximadamente a una fase lunar.
Nombre de los meses Nuestro calendario actual es obviamente solar, pero sus orígenes se remontan al antiguo calendario romano que tenía un fundamento lunar. En la antigua Roma, varios siglos antes de nuestra era, el año era una sucesión de diez meses: Martius (dedicado a Marte), Aprilis (del latín aperire, abrir, por los brotes vegetales), Maius (por la diosa Maia), Junius (por Juno), Quintilis (el mes quinto), Sextilis (sexto), September (séptimo), October (octavo), November (noveno), y December (décimo).
Los romanos antiguamente empezaban el año en marzo El año comenzaba el primer día (calendas) de Marzo, bajo los auspicios del dios guerrero, pues esta era la fecha que marcaba el inicio de las campañas militares con la designación de los cónsules. Los meses comenzaban con la luna nueva, algo que era difícil de determinar observacionalmente (precisamente porque en esa fase la luna no es visible).  Además, como el año era mucho más corto de 365 días, su inicio iba cambiando de estación, lo que creaba inconvenientes en las campañas militares. Para evitar este problema, se intercalaban meses adicionales cada cierto tiempo. Esta situación se prestaba a un gran desorden. Los pontífices (encargados del calendario además de los puentes de Roma) alargaban y acortaban los años fraudulentamente, según su conveniencia, para prolongar la magistratura de sus amigos y reducir la de otros.
Numa Pompilius trató de acompasar el calendario romano a las estaciones añadiendo de manera permanente dos meses al final: Ianarius (dedicado a Jano, mes 11) y Februarius (de februare, purificación, mes 12). A mediados del siglo II a.C., las campañas militares lejos de Roma (y concretamente en Hispania) requerían nombrar a los cónsules con suficiente antelación al comienzo de las actividades. En el año 153 a.C. se fijó el principio del año en el día 1 de Ianarus (en lugar del 1 de Martius), fecha en que se pasó a realizar el nombramiento de los cónsules, esto es, dos meses antes del comienzo de las campañas.  Enero, del calendario de Las horas del Duque de Berry. Gracias a los dos meses adicionales introducidos por Numa Pompilius, el año había pasado a tener unos 355 días, pero aún así era demasiado corto respecto del año de las estaciones. Ocasionalmente se introducía un decimotercer mes, algo también propicio a manipulaciones por intereses políticos o económicos. En el año 46 a.C. el año del calendario se encontraba desfasado unos tres meses respecto de las estaciones y seguía reinando el desorden.
César bien asesorado Fue Julio César (102 – 44 a.C.) quien en el 45 a.C. (año 708 de Roma) decidió realizar una reforma definitiva del calendario. Encargó el trabajo al prestigioso astrónomo griego Sosígenes que estaba establecido en Alejandría. Sosígenes se despreocupó de la Luna y ajustó la duración de los meses para fijar la duración total del año en 365,25 días por término medio, es decir, unos 11 minutos más cortos que el año trópico (el de las estaciones, que dura 365,2422 días), transformando así el calendario de lunar a solar. Como resultaba conveniente que el año tuviese un número entero de días, se fijó el año ordinario en 365 días (como el de los egipcios) y para que no se acumulase un decalaje con las estaciones se decidió intercalar un día extra cada cuatro años. Posteriormente, el mes Quintilus fue renombrado Julius (en honor de Julio César) y el Sextius pasó a llamarse Augustus (por Augusto) pero, por inercia del lenguaje, September, October, November y December han conservado unos nombres que hoy nos resultan aparentemente absurdos y que son, obviamente, inadecuados.
Reticencias con Enero Este calendario, denominado juliano en memoria de Julio César, permaneció válido durante más de dieciséis siglos. Pero durante muchos de estos siglos, los católicos se resistieron a celebrar el principio del año en un mes dedicado a una deidad pagana.  En la Edad Media, diferentes pueblos de Europa tenían por costumbre celebrar el principio del año en fechas de significado religioso. Dependiendo del estado europeo, se utilizaba el ‘estilo’ de la Navidad (el año comenzaba el 25 de diciembre), el de la Encarnación (25 de marzo), o el de la Pascua (¡con el año comenzando en fecha variable!). Y en algunos de los estados se cambiaba a veces. Por ejemplo, en Aragón se utilizó el estilo de la Encarnación hasta 1350, y entonces se cambió al de la Navidad que permaneció hasta principios del XVII. En pocos estados (por ejemplo Polonia, desde 1364) se utilizó el estilo de la Circuncisión, con el año comenzando el 1 de enero.
Como se oficializo el 1 de Enero El inicio del año el 1 de enero se hizo obligatorio en muchos estados europeos a partir del siglo XVI. Se impuso en Alemania mediante un edicto hacia 1500; Carlos IX lo decretó en 1564 en Francia y entró en funcionamiento en 1567; en España se generalizó hacia el siglo XVII (en el XVIII en Cataluña), y en Inglaterra hubo que esperar hasta 1752. Calendario gregoriano, Unión Soviética, del año 1930. |
Del juliano al gregoriano Con el transcurso de los siglos, los 11 minutos de diferencia en la duración del año juliano y del trópico, generaron una deriva muy significativa. A finales del siglo XVI, a pesar de la corrección introducida en el concilio de Nicea (año 325 d.C.), el equinoccio de primavera (muy importante para la Iglesia, pues determina la fecha de la Pascua) caía hacia el 11 de Marzo, es decir, 10 días antes de la fecha que la Iglesia le había impuesto en Nicea. Esta situación llevó al papa Gregorio XIII a realizar una importante reforma en 1582, año al que recortó 10 días. En el excelente calendario resultante, denominado gregoriano, vigente hasta hoy, el año tiene una duración media de 365,2425 días. Pero aún contiene diferencias significativas respecto del año astronómico (el año gregoriano dura 26 segundos más que el trópico) y aún conserva numerosas curiosidades y elementos peculiares. Por ejemplo, sigue conteniendo años bisiestos (entre los que se encuentra el 2012), pero se suprimieron los años seculares de entre tales bisiestos (salvo aquellos que son divisibles por 400).
Quien es el dios pagano Jano  el señor de la luz-janus divom deus se hacía llamar  “dios de los dioses" Jano (en latín Janus) es, en la mitología romana, un dios que tenía dos caras mirando hacia ambos lados de su perfil, padre de Fontus. Jano era el dios de las puertas, los comienzos y los finales. Por eso le fue consagrado el primer mes del año (que en español pasó del latínIanuarius a Janeiro y Janero y de ahí derivó a Enero). Como dios de los comienzos, se lo invocaba públicamente el primer día de enero (Ianuarius), el mes que derivó de su nombre porque inicia el nuevo año. Se lo invocaba también al comenzar una guerra, y mientras ésta durara, las puertas de su templo permanecían siempre abiertas; cuando Roma estaba en paz, las puertas se cerraban. Jano no tiene equivalente en la mitología griega. Al igual que Prometeo, Jano es una suerte de héroe cultural, ya que se le atribuye entre otras cosas la invención del dinero, las leyes y la agricultura. Según los romanos, este dios aseguraba buenos finales. Dentro de los muchos apelativos que recibe el dios, vale la pena destacar dos: Jano Patulsio (patulsius), que era usado para invocar la cara del dios que se ubicaba delante de la puerta por quien deseaba atravesarla (para entrar o salir). Como complemento, la cara que se le opone a ésta del otro lado de la puerta, es invocada como Jano Clusivio (clusivius). Ambos nombres declaran la doble funcionalidad del dios.[cita requerida] Jano es citado en la novela de Albert Camus, La caída, donde simboliza la dualidad del personaje entre el pasado y el futuro.
Jano (en latín Janus) es, en la mitología romana, un dios que tenía dos caras mirando hacia ambos lados de su perfil, padre de Fontus. Jano era el dios de las puertas, los comienzos y los finales. Por eso le fue consagrado el primer mes del año (que en español pasó del latínIanuarius a Janeiro y Janero y de ahí derivó a Enero). Como dios de los comienzos, se lo invocaba públicamente el primer día de enero (Ianuarius), el mes que derivó de su nombre porque inicia el nuevo año. Se lo invocaba también al comenzar una guerra, y mientras ésta durara, las puertas de su templo permanecían siempre abiertas; cuando Roma estaba en paz, las puertas se cerraban. Jano no tiene equivalente en la mitología griega. Al igual que Prometeo, Jano es una suerte de héroe cultural, ya que se le atribuye entre otras cosas la invención del dinero, las leyes y la agricultura. Según los romanos, este dios aseguraba buenos finales. Dentro de los muchos apelativos que recibe el dios, vale la pena destacar dos: Jano Patulsio (patulsius), que era usado para invocar la cara del dios que se ubicaba delante de la puerta por quien deseaba atravesarla (para entrar o salir). Como complemento, la cara que se le opone a ésta del otro lado de la puerta, es invocada como Jano Clusivio (clusivius). Ambos nombres declaran la doble funcionalidad del dios.[cita requerida] Jano es citado en la novela de Albert Camus, La caída, donde simboliza la dualidad del personaje entre el pasado y el futuro.
Dentro de los muchos apelativos que recibe el dios, vale la pena destacar dos: Jano Patulsio (patulsius), que era usado para invocar la cara del dios que se ubicaba delante de la puerta por quien deseaba atravesarla (para entrar o salir). Como complemento, la cara que se le opone a ésta del otro lado de la puerta, es invocada como Jano Clusivio (clusivius). Ambos nombres declaran la doble funcionalidad del dios.[cita requerida]  Jano es citado en la novela de Albert Camus, La caída, donde simboliza la dualidad del personaje entre el pasado y el futuro.
-JANO- Ianus, el dios principal de la mitología etrusca - latina, recibía tres nombres, en función de su rito mistérico. Un nombre de carácter sacerdotal: Ianus (Jano); un nombre público o profano: Quirinus (Quirino) y un tercero, secreto y de carácter iniciático, que nunca se divulgó de manera explícita: , (Arkhó - Arjó)- Arkhanus (El Oculto). El templo de Jano Quirino estaba situado en el siglo I d.C. cercano a la Curia, en la calle Argiletum, en una zona importante que unía el Foro y las áreas residenciales en el noreste. Era un templo pequeño, realizado en madera, características que sugieren que el culto era de origen antiguo. Varios hechos lo confirman: Las listas más antiguas de los dioses por lo general comenzaban con su nombre; él era también llamado "DIVOM DEUS", una forma muy antigua en latín que significaba " el dios de los dioses "; y su imagen se puede encontrar en las monedas romanas más antiguas. Jano también recibe el nombre de "Principium Deorum" el dios del principio.
Como personaje, en la mitología romana, el dios Jano-Quirino es hijo de Apolo y Creuza. En tanto primer rey de Roma, condujo a una colonia etrusca y la instaló sobre una colina del Lacio, denominada alusivamente "Janícula" (colina de Jano), donde más tarde se levantaron los muros de Roma. Jano es el dios solar etrusco, que ocupaba el punto más alto del escalafón, entre los dioses antiguos etruscos-latinos.
IANUS Cuando Saturno es expulsado del Olimpo, por su hijo Júpiter, fue a refugiarse en los dominios de Jano-Quirino, quien lo acogió y lo asoció a su reinado. En agradecimiento, el dios olímpico le dotó de una especial facultad: la de ver con toda claridad y al mismo tiempo el pasado y el porvenir para regirse, con sabiduría, en las circunstancias del momento. Jano-Quirino es el dios de la Astronomía y de la Arquitectura y, en su honor, se celebraban en Roma las dos fiestas solsticiales, correspondientes a la apertura de las dos mitades: ascendente y descendente, del ciclo zodiacal; es decir, a los puntos del año que, en el simbolismo astronómico, representan las puertas de las vías celestial e infernal (Janua Coeli y Janua Inferni). Jano es mediador entre los mortales y los inmortales, el que eleva las plegarias de los hombres a los pies de las divinidades.
El dios Quirino y Rómulo, que se divinizó en él, son los fundadores mitológicos de la ciudad de Roma. Su rito regía la fundación de las ciudades etruscas y romanas y, al igual que el dios que poseía tres nombres de características complementarias, las ciudades fundadas, según su rito, recibían tres nombres: uno publico o profano, un segundo sacerdotal y un tercero secreto e iniciático. En el caso de Roma, el nombre secreto era Amor, el sacerdotal Flor y el público Roma.
Existía una raíz común para los términos, quirites, curia y quirinus: la raíz co-virio, que significa colectividad, conjunto de individuos o personas y, por extensión, ciudad. Fue Rómulo el creador de las curias, como estamento principal de la organización social de los romanos, función que cumple el dios Jano-Quirino, como protector de los habitantes de las ciudades. Quirites, era el nombre que se daba a los ciudadanos romanos, en su calidad de no soldados, en tiempos de paz. Al nombre quirites, pues, se le contrapone el nombre milites (ejército, soldados).
Jano Quirino es un dios paralelo a Marte y contrapuesto a él. Jano Quirino, al venir de quirites, es el dios tranquilo, opuesto al dios de la guerra. En algunos textos se le considera como un dios simétrico a Marte, incluso se le menciona como "Marte pacífico", por eso está su templo dentro de la ciudad, a diferencia del templo de Marte que se encuentra a extramuros. Dice Vitruvio: "A Marte dándole su templo fuera de la ciudad no habrá guerras y discordias civiles". Quirino vela por los ciudadanos. Era honrado en la antigua colina del Quirinal, la mas alta de las siete de la ciudad de Roma, mediante unas fiestas llamadas Quirina. El templo de Jano Quirino estaba situado, en el siglo I d.C., cercano al Foro y a la Curia.

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