El por qué de las oraciones sin respuesta
SE SUPONE que los cristianos son personas que tienen una buena relación con Dios. Tienen una línea telefónica directa con el cielo que nunca es interrumpida. Hacen de la oración la piedra angular de su vida.
SE SUPONE que los cristianos son personas que tienen una buena relación con Dios. Tienen una línea telefónica directa con el cielo que nunca es interrumpida. Hacen de la oración la piedra angular de su vida.
Por Herbert W. Armstrong
Pero, lo cierto es que para la mayoría de nosotros
no es así. Muchos que se dicen cristianos jamás van — a menos que sea en su
lecho de muerte. Muchos otros que si van lo consideran un ejercicio inútil. Lo
encuentran una experiencia aburrida y laboriosa—tal parece que nunca logran una
comunicación efectiva que realmente les proporcione respuestas.
¿Por que esta
tan relegada la practica de la oración? ¿Acaso Dios tiene un numero telefónico
privado que solo divulgue a unos cuantos? ¿Se encuentra de vacaciones? ¿Por que
tan pocas veces surte efectos la oración? Puede haber un gran numero de
razones. En este articulo nos concentraremos en las causas mas comunes de
frustración en la oración—el no comprender lo que es la oración y lo que no es.
Lo
que es la oración La oración es una platica de corazón a
corazón con Dios. Es una conversación entre un hijo o una hija y su Padre. Es
una línea directa con el cielo en tiempos críticos; significa una relación cordial
entre el hombre y su Creador en tiempos favorables. Es útil e importante. Si
sirve. ¡Y si ayuda!
Siendo esto así, ¿por que es que no ha funcionado
para usted? ¿Por que no ha podido comunicarse con Dios cuando tenia necesidad
de El? Una razón podría ser que esta dirigiéndose a Dios de forma superficial
en vez de realmente orar a El. Uno de los problemas mas comunes es que muchas
personas realizan los movimientos externos de la oración sin realmente decir
nada. Creen que han de estar en comunión con Dios a través de formulas, ritos y
lenguaje artificioso en lugar de dirigirse a El de manera simple y directa. Si
algunas personas hablaran con sus amigos aquí en la Tierra de la misma manera
que hablan con su Padre en el cielo, verían por que es que nunca obtienen
respuestas —por que la oración les parece tan ineficaz.
Lo
que no es la oración Hagamos una comparación muy simple. Si
usted esta comiendo y desea que alguien en el otro extremo de la mesa le pase
el pan, simplemente le dice: " Por favor pase el pan" o algo por el
estilo.
Pero suponga que usted pidiese a un amigo que pasara
el pan en la misma forma que muchas personas "religiosas" piden a su
Padre celestial el pan diario de cada día. Imagínese efectuar todas las conversaciones
personales en el mismo estilo que estas personas (y quizás usted también)
utilizan al orar. ¿Que resultaría? ¿Que impresión causaría?
Alguien pediría el pan siguiendo la formula
establecida. Es decir, en lugar de pedir con sus propias palabras, repetiría un
guión que memorizo en su juventud. Su conversación consistiría únicamente en
frases como: "Mi querido amigo, que estas al otro extremo de la mesa,
¿como estas? . . . Por favor pasa el pan. Gracias". Las mismas palabras
serian repetidas día tras día con una voz gregoriana y un vocabulario
sobrecargado de frases latinas.
Otros
pedirían una y otra vez la misma cosa, creyendo que no es lo que se pide, sino
cuantas veces se hace, lo que lograra que se les pase el pan—creen que Dios
considera la cantidad y no la calidad. Repetirían, " Por favor pasa el
pan"—3, 7,12 o mas veces con todo el fervor y frecuencia de una maquina
fotocopiadora. Otros darían rienda suelta a exhibiciones emocionales y
demostraciones físicas. Cada vez que quisieran el pan cantarían himnos,
hablarían en lenguas extrañas, se caerían de espaldas sobre su silla y rodarían
por el piso. Las posibilidades son interminables. La gente encendería velas,
quemaría incienso, tocaría campanas, se pondría ropa áspera, etc.—y todo con la
sincere creencia de que tales cosas son necesarias para lograr que se les pase
una pieza de pan.
Del
corazón Obviamente,
este espectáculo es absurdo. La gente no habla así—al menos no en
circunstancias normales. Sin embargo, muchos tienen el concepto de que la manera
"normal" de hablar con Dios requiere que transformemos nuestro
mecanismo del habla y nuestro vocabulario. Que debemos recurrir a formulas y
ritos para ser escuchados y obtener respuestas. Pero Dios jamás tuvo la
intención de que la oración llegara a esto. El quiere que nos dirijamos a El
con una oración que brote del corazón—no de nuestra memoria de un libro.
"Derramad delante de el vuestro corazón", exhorto el rey David (Sal.
62:8). Dios esta cansado ya del pueblo que "se acerca a mi con su boca, y con
sus labios me honra, pero su corazón esta lejos de mi, y su temor de mi no es
mas que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado" (Is. 29:13),
es decir, solo lo repiten de la memoria. Cuando van, la mayoría de las personas
tienen una relación de dar y recibir con Dios—El da y ellas reciben. Existe la
tendencia a exagerar lo que Dios esta dispuesto a hacer por nosotros (que es
ciertamente considerable) y a minimizar lo que nosotros debemos hacer por El.
La gente enfoca su relación con Dios con una mentalidad del "mínimo requerimiento diario".
Piensan en función de lo menos posible que tengan que hacer para
"complacer" a Dios y salvarse—en lugar de lo mas posible. Así, la
cristiandad se transforma de religión en estafa.
Dios se
convierte en un "viejo suave" a quien los hombres engañan, manipulan
y chantajean de manera que les de bendiciones en tanto que ellos solo le honran
de dientes para afuera. Se espera de El que se convierta en un servicio de
emergencia sobrenatural que atienda todas las peticiones de ayuda y de perdón
sin hacer preguntas y sin pedir nada a cambio.
Y después las personas se preguntan por que Dios no
contesta sus oraciones. Se preguntan si acaso El comprende su situación, si le
importa como la resuelven, y hasta se preguntan si Dios existe en verdad. Dios
existe—de-ello no hay dude. El sigue siendo amoroso, compasivo y
misericordioso; pero también es inteligente. Sabe que si El solo da y el
individuo solo recibe, nunca existirá una relación intima y significativa entre
ellos. El desea ayudarnos, darnos toda cosa buena en abundancia — pero insiste
en que haya una reacción positiva de parte del hombre.
Dios no desea que lo adoremos con iglesias repletas
y corazones vacíos. Y no se conformara con vidas cristianas mediocres, tibias y
solo parcialmente interesadas. ¡Lo que El espera es que nos entreguemos total y
completamente a su camino verdadero! "Amaras al Eterno tu Dios de todo tu
corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas" (Dt. 6:5)—¡así de
profundo y desinteresado debe ser la rendición a Dios de quienes se dicen
"cristianos". (Véase también Mateo 22:37-38.) La persona que esta
sinceramente dedicada a Dios encontrara a un Dios que se interesa por ayudarla
a través de los problemas y las pruebas de la vida. `'Porque los ojos del
Eterno contemplan toda la tierra para mostrar su poder a favor de los que
tienen corazón perfecto para con el" (2 Cr. 16:9). La oración es parte
dinámica de una relación bilateral con Dios. No es un mecanismo que nos logra
esto o aquello si lo pedimos, sino un medio por el que Dios y el hombre pueden
combinar sus esfuerzos para lograr una mete común—la salvación. Examinemos la
salvación que Dios tiene en mente para nosotros.
Cuando
comprendamos por que existimos en primer lugar, por que Dios se preocupa por
escucharnos y tratar con nosotros, sabremos como hacer que la oración funcione
a nuestro favor. Comprenderemos mucho mejor el problema de las oraciones sin
respuesta—y que hacer para resolverlo.
Venga
tu reino — hágase tu voluntad En la oración modelo
de Jesucristo se nos instruye pedir: "Venga tu reino. Hágase tu voluntad,
como en el cielo, así también en la tierra" (Mt. 6:10). Muchas personas no
logran sentirse entusiasmadas acerca del Reino de Dios: No están seguras de
cual es la voluntad de Dios, excepto en términos muy generales, como
"salvar a todos los pecadores " . Y, de todas formas, están mucho mas
interesadas en el siguiente tema de discusión: "El pan nuestro de cada
día. danoslo hoy" y "no nos metas en tentación, mas líbranos del
mar". De manera que tienden a discutir la voluntad de Dios en forma
rutinaria y breve para poder proseguir con lo que mas les interesa—sus propios
asuntos y problemas.
¡Que lastima! Porque si se tomaran mas tiempo y
consideraran la voluntad de Dios, podrían pedir mas sabiamente y con mayor
certeza de recibir una respuesta a sus propias necesidades. Podrían resolver el
problema de estar recibiendo lo opuesto de lo que pidieron —insuficiente pan y demasiadas
tentaciones. ¿Cuál es, pues, la gran importancia del Reino de Dios? ¿Y cual es,
exactamente, la voluntad de Dios? ¿Que tienen que ver con usted y con sus
problemas? Generalmente pensamos en el Reino de Dios en función de la segunda
venida de Cristo. Pero el Reino de Dios es mas que un gobierno divino que por
ahora rige en el cielo y algún día regirá desde la Tierra. Es también una
familia—la familia de Dios. En términos generales, la voluntad de Dios aquí en
la Tierra es que todo ser humano finalmente nazca de nuevo y llegue a ser un
miembro de su reino, un miembro de la familia de Dios. Seremos los hijos y las
hijas de Dios. (Encontrara una amplia explicación de nuestro destino en la
familia de Dios en el folleto gratuito ¿Por que nació usted?)
Buscad primeramente el Reino
La multiplicación de su familia es la
principal preocupación de Dios. Afecta toda decisión que El toma acerca de
usted, cada respuesta a sus oraciones. Su propósito espiritual supera a toda
consideración mundana. Pero no interprete mal los motivos de Dios. El no es
indiferente a nuestras necesidades físicas. Sabe que necesitamos empleos,
alimento, curación de nuestras enfermedades físicas, etc. ¡El conoce nuestros
problemas mejor que nosotros mismos! El esta plenamente consciente de lo frágil
que es nuestra existencia. "Porque El conoce nuestra condición; se acuerda
de que somos polvo" (Sal. 103:14). Si, debemos orar acerca de nuestras
necesidades físicas. ¡Pero debemos poner en orden nuestras prioridades!
"No os afanéis, pues, diciendo: ¿Que comeremos, o que beberemos, o que
vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre
celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad
primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán
añadidas" (Mt. 6:31-33). No solo de pan vive el hombre (compárense Mt. 4:4
y Lc. 4:4). Tampoco debe vivir solo para el pan—Dios no nos creo para ver
cuantas de las riquezas de este mundo podemos almacenar. "Mirad y guardaos
de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los
bienes que posee" (Lc. 12:15). En las sociedades de consumo en que
vivimos, este resulta un principio espiritual muy difícil de asimilar. Cuando
Dios efectivamente provee para nuestras necesidades diarias, aun así queremos
mas, en tanto que relegamos nuestras necesidades espirituales. En nuestras
oraciones a menudo buscamos nuestro propio beneficio—y dejamos que Dios ocupe
un lugar secundario. Por consiguiente, acabamos con las manos vacías. "Pedís
y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites” (Stg. 4:3).
Indague la voluntad de Dios En Santiago
4:1-4, el apóstol explica que los hijos de este mundo — siempre peleando y
guerreando — no podrán recibir ayuda, porque generalmente se olvidan de pedir
el auxilio divino. Y cuando lo hacen, es solo para pedir egoístamente con fines
muy personales. Pedir egoístamente es "pedir mar". Usted no puede
esperar que una oración semejante sea atendida y contestada.
Si quiere que sus oraciones tengan respuesta, siga
el ejemplo de Jesús cuando dijo: "No busco mi voluntad, sino la voluntad
del que me envió, la del Padre" (Jn. 5:30). ¿Pero puede usted saber la
voluntad del Padre? " Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de
cual sea la voluntad del Señor" (Ef. 5:17). Estudie diligentemente la
palabra de Dios (2 Ti. 2:15). Entonces empezara a pensar mas como Dios piensa.
Podrá saber cual es la voluntad de Dios en cada circunstancia. Si usted cree y
esta seguro de que Dios es amor, que su voluntad es hacernos bien, siempre
deseara orar de acuerdo con la voluntad de Dios.
No siempre
será menester que tenga una promesa especifica en la Biblia para entender que
determinada cosa es la voluntad de Dios. A través de la experiencia, y
dirección adecuada, usted aprenderá la manera de aplicar sabiamente los
principios de la voluntad de Dios que nos ha revelado en las Escrituras, a
cualquier situación que se le presente.
Pedir conforme a la voluntad de Dios es la suprema
condición fundamental a la que hay que sujetarnos para que la oración sea
contestada. Todas las demás condiciones pudieran ser agrupadas bajo esta sola,
porque son los puntos específicos de la voluntad de Dios en lo que concierne a
la oración.
Buscad
su justicia Quizás haya notado usted que Cristo nos dijo
que buscáramos la justicia de Dios, así como su Reino. La justicia de Dios esta
expresada en sus leyes. Y estas están resumidas en los Diez Mandamientos (véase
Sal. 119:172). Dios dio estos mandamientos a fin de que aprendamos a actuar
como El y así nos preparemos para ser sus hijos.
Lamentablemente muchos no prestan atención a este
principio de buscar la justicia de Dios—obedecer sus leyes —y es otra razón por
la que sus oraciones pasan desapercibidas, sin una contestación. "He aquí
que no se ha acortado la mano del Eterno para salvar, ni se ha agravado su oído
para oír; pero vuestras iniquidades han hecho división entre v os o tros y
vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no
oír" (Is. 59:1-2).
La barrera
del pecado que evita que Dios escuche nuestras oraciones ha sido derribada por
el sacrificio de Jesucristo. Y se mantiene derribada y las líneas de
comunicación se mantienen abiertas en tanto estemos viviendo nuestra vida a la
manera de Dios, conforme lo indican sus leyes. "Y cualquiera cosa que
pidiéremos la recibiremos de el, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos
las cosas que son agradables delante de el" (1 Jn. 3:22).
La
ley — un medio, no un fin Por supuesto, el guardar la ley de Dios no
puede salvarnos, es decir, no puede ganarnos la salvación. No se trata de eso;
ese no es el objeto. La ley sirve como guía para que comprendamos como-piensa
Dios, como actuaría El si fuese humano— como Jesús, Dios encarnado, actuó como
humano. La ley de Dios refleja su forma de hacer las cosas. Ejemplifica su
mente y su carácter. Y Cristo nos dice: "Sea, pues, vosotros perfectos,
como vuestro Padre que esta en los cielos es perfecto" (Mt. 5:48). El
imitar a Dios es una tarea gigantesca. Como seres humanos nos es del todo
imposible. Pero como cristianos, con la ayuda del Espíritu de Dios y el
sacrificio de Jesucristo para apoyarnos cuando nos debilitemos, podemos usar
las leyes de Dios para crecer hacia la madurez y perfección espirituales en
esta vida.
Es a través
de la ley de Dios que llegamos a comprenderlo a El—y a amarlo. "El que dice: Yo le conozco, y no
guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no esta en el,
pero el que guarda su palabra, en este verdaderamente el amor de Dios se ha
perfeccionado; por esto sabemos que estamos en el" (1 Jn. 2:4-5). Cuanto
mas grande es nuestro amor y conocimiento de Dios, tanto mas efectivas son
nuestras oraciones, por que estamos dando a Dios la entrega a su camino que El
busca y tanto mejor comprendemos lo que pedimos. Podemos decir, con el apóstol
Juan: "Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna
cosa conforme a su voluntad, el nos oye, y si sabemos que él nos oye en cualquiera
cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho"
(1 Jn. 5:14-15).
Más
bienaventurado es dar Como afirmamos al principio, la mayoría de
las personas tienen una relación egoísta con Dios—El siempre da y ellos siempre
reciben. Pero si nuestra relación con Dios esta basada en una entrega absoluta
a su camino de vida, a imitar a Dios de manera que podamos llegar a
convertirnos en sus hijos, nos corresponde a nosotros el dar y compartir con
Dios y con nuestro prójimo en forma tan generosa como Dios nos da a nosotros.
Cristo dijo que más bienaventurado es dar que recibir.
El nos exhorta "Dad, y se os dará; medida
buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la
misma medida con que medís, os volverán a medir" (Lc. 6:38). Observe
especialmente el significado de esta ultima frase: recibiremos conforme
nosotros demos a los demás. Pablo amplio este importante punto en su
exhortación a la iglesia de Corinto: "Y poderoso es Dios para hacer que
abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las
cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra; . . . para que estéis
enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual produce por medio de
nosotros acción de gracias a Dios" (2 Co. 9:8, 11). El dar es una de las
"pruebas de ácido" de la cristiandad. Separa a las ovejas de las
cabras, a los falsos de los fieles. Muestra donde están las prioridades de una
persona, donde realmente esta su corazón. "No os hagáis tesoros en la tierra,
donde la polilla y el orín corrompen... sino haceos tesoros en el cielo...
porque donde este vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón"
(Mt. 6:19-21).
Pobres
en dinero — pero no en espíritu Tal
parece ser que entre mayor es el tesoro que tienen las personas, más
"mundanas" son en el uso que le dan. Entre mas tienen, son menos
generosos—al menos hacia Dios. "Estando Jesús sentado delante del área de
la ofrenda, miraba como el pueblo echaba dinero en el área; y muchos ricos
echaban mucho. Y vino una viuda pobre, y echo dos blancas, o sea un cuadrante.
Entonces llamando a sus discípulos, les dijo: De cierto os digo que esta viuda
pobre echo mas que todos los que han echado en el área; porque todos han echado
de lo que les sobra; pero esta, de su pobreza echo todo lo que tenia, todo su
sustento" (Mr. 12:41-44). Este patrón sigue teniendo validez en la
actualidad. A menudo las viudas, los pensionados y los pobres son mucho más
generosos hacia Dios en sus diezmos y ofrendas que quienes ganan mucho más.
Contribuyen una parte desproporcionada de sus recursos para la obra de la
Iglesia. Quizás sean pobres en cuanto a dinero se refiere—pero no lo son en
espíritu, ¡en entusiasmo por la Obra de Dios! "Pero esto digo: El que
siembra escasamente, también segara escasamente; y el que siembra
generosamente, generosamente también segara. Cada uno de como propuso en su
corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador
alegre" (2 Co. 9:6-7). Establezca una relación bilateral de dar y recibir
con Dios y con su prójimo.
Esperando
que Dios actúe Ninguna discusión sobre la oración seria
complete sin una mención de la fe. Cuando las personas piensan en la fe,
piensan en mover montanas. Se imaginan hechos espectaculares y poderosos milagros.
Hablan en términos de "probar su fe" y "demostrar la fe que se
tiene".
Pero hay otra clase de fe que también necesitan los
cristianos. No es tan dramática o heroica, pero es igual de importante para la
salvación. No es la clase de fe que se manifiesta externamente, sino que se
manifiesta en silencio; y es la que espera a que Dios actúe. Algunas veces
debemos demostrar nuestra fe simplemente por nuestra paciencia y perseverancia.
Esto es especialmente cierto al orar a Dios. Muchas veces confiamos a Dios
problemas que evidentemente solo El puede solucionar. Algunas veces El puede
actuar a nuestro favor rápidamente, pero en otras ocasiones tal vez decide
esperar. Cuando Dios espera, nosotros debemos esperar con El; debemos creer que
tiene una buena razón para esperar. Debemos confiar en su amor y sabiduría para
hacerse cargo de la situación en la mejor forma y en la mejor oportunidad.
Jesucristo mismo predico la perseverancia en la oración. "también les
refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar,
diciendo: Había en una ciudad un juez, que ni temía a Dios, ni respetaba a
hombre. Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venia a el,
diciendo: Hazme justicia de mi adversario. Y el no quiso por algún tiempo; pero
después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a
hombre, sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea
que viniendo de continuo, me agote la paciencia. Y dijo el Señor: Oíd lo que
dijo el juez injusto. ¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que
claman a el día y noche? ¿Se tardara en responderles? Os digo que pronto les
hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallara fe en la
tierra?" (Lc. 18:1-8). ¿Hallara Cristo fe en usted? Cuando únicamente Dios
puede resolver el problema, o corregir la injusticia, ¿puede usted orar con
perseverancia y esperar con paciencia hasta que El actúe — hasta el final de
esta era si es necesario?
Perseverar hasta el fin Nunca es fácil esperar a Dios. "Mas el
que persevere hasta el fin, este será salvo" (Mt. 24:13). Y. "con
vuestra paciencia ganareis vuestras almas", dice Jesús (Lc. 21:19). Estas
son las pruebas para los cristianos en cualquier edad. Pero resulta interesante
que Cristo hizo estas afirmaciones al hablar acerca del final de esta era, el
tiempo precisamente anterior a su retorno. Nos gusta pensar que durante el
tiempo-del fin los cristianos sacudirán la Tierra con poderosos milagros y
magnos actos de fe. Quizás algunos—como, por ejemplo, los dos testigos de
Apocalipsis 11— lo harán. Pero, ¿acaso no estaría Cristo queriendo decirnos que
la mayoría de nosotros los cristianos—usted y yo — demostraremos nuestra fe por
nuestra paciencia a pesar de toda adversidad y aflicción? Tal vez en lugar de
hacer grandes alardes de fe, se nos pida perseverar con Dios en oración y
buenas obras, creyendo en su gran propósito y sus promesas de salvación final.
El tiempo lo dirá. En todo caso, la fe que espera,
que no se da por vencida, es una de las cualidades más indispensables que usted
necesita en su relación con Dios.
La
humildad "El
Eterno dijo así: El cielo es mi trono, y la tierra estrado de mis pies; ¿dónde
esta la casa que me habréis de edificar, y donde el lugar de mi reposo? Mi mano
hizo todas estas cosas, y así todas estas cosas fueron, dice el Eterno; pero
mirare a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi
palabra" (Is. 66:1-2). Dios considera a la humildad como algo de gran
valor. Por otra parte, Jesucristo reservo algunas de sus mas severas
reprimendas a la vanidad espiritual y la mojigatería de los dirigentes
religiosos de su época. Lamentablemente, tal parece que ninguna vida cristiana
escapa de la trampa del orgullo. Como las enfermedades de la niñez, es una de
las cosas que todos los hijos de Dios parecen contraer conforme crecen hasta la
estatura de Cristo.
Algunos se ven afligidos mas que otros. En algunos
casos, el mal nunca es superado y resulta fatal. Y lo que hace que el problema
sea aun peor es que el orgullo espiritual resulta obvio para todos menos para
quien padece de el. Bienaventurado (aunque no lo pensara así a la sazón) el
hombre que tiene un genuino amigo con el suficiente tacto y valor para decirle
que ha sucumbido a este mal.
La "fiebre farisaica'' En la
parábola del fariseo y el publicano, Cristo dio un ejemplo del orgullo en la
oración. "A unos que confiaban en si mismos como justos, y menospreciaban
a los otros, dijo también esta parábola: Dos hombres subieron al templo a orar;
uno era fariseo, y el otro publicano. El fariseo, puesto de pie, oraba consigo
mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros
hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; ayuno dos
veces a la semana, doy diezmos de todo lo que ganó. Mas el publicano, estando
lejos no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho,
diciendo: Dios, se propicio a mí, pecador. Os digo que este descendió a su casa
justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será
humillado; y el que se humilla será enaltecido" (Lc. 18:9-14). Si su
conversación, sus pensamientos u oraciones se asemejan en lo mas mínimo a esto,
lo más probable es que este contrayendo la "fiebre farisaica".
Seguramente necesitara una fuerte dosis de humildad,
una conciencia de su humanidad y fragilidad, combinada con compasión y
paciencia para con los fracasos ajenos. "Sea, pues, misericordiosos, como
también vuestro Padre es misericordioso" (Lc. 6:36). No se compara a sí
mismo con los demás o juzgue la condición espiritual de otros basándose en la
apariencia exterior.
Haga
las preguntas adecuadas Podría decirse muchísimo mas acerca de la
oración. Pero, al igual que con la pintura o la natación, usted solo aprenderá
con la practica. Al hacerlo, usted llega a comprender los elementos básicos.
Pero recuerde una cosa en particular. Si le parece que no esta usted logrando
establecer contacto con Dios, el problema esta aquí en la Tierra, no en el cielo.
La respuesta al problema de las oraciones sin respuesta empieza al hacerse la
pregunta adecuada—no acerca de Dios, sino acerca de sí mismo. Por tanto, no
pregunte: "¿Por que no me contesta Dios?" Mas bien pregunte:
"¿Por que habría El de contestarme?"
Claves para la oración efectiva
He aquí algunas claves para eliminar el
ritualismo y la retórica de sus oraciones que le ayudarán a establecer una
comunicación directa y eficaz con Dios.
JESUCRISTO
específicamente hablo en contra del uso de artificios y pomposidad en la
oración. "Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los hipócritas, que
piensan que por su palabrería serán oídos. No os hagáis, pues, semejantes a
ellos; porque vuestro Padre sabe de que cosas tenéis necesidad, antes que
vosotros le pidáis" (Mt. 6:7-8). A fin de que sus discípulos comprendiesen,
Cristo les mostró lo que ha llegado a conocerse como el "Padre
Nuestro" u "oración del Señor " (versículos 913). De hecho,
seria mejor llamarlo el modelo o esquema del Señor, ya que en realidad no fue
una oración. Es, en cambio, un modelo de simplicidad, brevedad y eficacia.
Describe una forma clara de decir a su Padre celestial lo que usted esta
pensando. Cabe mencionar que no es apropiado repetir al pie de la letra el
"Padre Nuestro". Además de no ser una oración, es inapropiado
repetirlo debido a las claras instrucciones dadas en el versículo siete. Es
totalmente ilógico pensar que Jesús diera la amonestación de no repetir
rutinariamente las mismas palabras, seguida de una oración que querría que
repitiéramos miles y miles de veces, ¿verdad? No, el "Padre Nuestro"
no es para repetirse palabra por palabra, antes bien, nos ha de enseñar la
forma apropiada y efectiva de dirigirnos a nuestro Creador.
No abuse de los ''dames'' y
''hazmes"
El ejemplo de Jesús también nos enseña cuales temas deben ser tratados en nuestras
oraciones. Algunos pasan la mayor parte de su oración solicitando que Dios les
de esto o que les haga aquello. Pero Cristo mostró que debemos ensanchar
nuestra visión y el objeto de nuestras oraciones mas allá de nosotros mismos y
nuestras propias necesidades. Debemos aprender a dar loor y honra a Dios,
reconociendo su poder, su bondad y las bendiciones que El nos da. Debemos orar
por el fomento de sus propósitos—por el cumplimiento de la misión de la Iglesia
de predicar el evangelio al mundo de manera que el Reino pueda venir (Mt.
24:14: "Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para
testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin"). Y recuerde
las necesidades de los demás. No olvide que Cristo dijo "el pan nuestro de
cada día". Pero no deje de perdonar y olvidar las debilidades de los
demás, tal como usted querría que Dios perdonase y olvidase las de usted.
Que sea algo personal entre usted
y Dios "Guardaos de hacer vuestra justicia
delante de los hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no tendréis
recompensa de vuestro Padre que esta en los cielos .... Y cuando ores, no seas
como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las
esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que
ya tienen su recompensa. Más tu, cuando
ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que esta en
secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensara en publico" (Mt.
6:1, 5-6). Cristo no estaba condenando el orar en publico como tal.
Ciertamente nada tiene de malo el hacer
invocaciones o bendiciones en ciertas ocasiones publicas que oraban en publico
para ser vistos por otros y presumir de lo "espirituales" que eran. No sea usted un exhibicionista espiritual. En
la mayoría de las ocasiones la oración es algo privado y personal entre usted y
Dios. Asegúrese de que siempre sea así.
No confunda las emociones con la
fe Algunos
tratan de juzgar el éxito de sus oraciones a través de las emociones. Si se
sienten bien al terminar, significa que tuvieron suficiente "fe" y
que lograron comunicarse con Dios. Pero si no alcanzan determinada elevación,
emocional, consideran que su oración fue un fracaso. ¡La fe no es una emoción!
Usted no puede generarla cuando llega el momento de var. La fe es un don de
Dios (Ef. 2:83. Es muy importante al conversar con Dios, pero no puede ser
medida con sus emociones.
¿Qué es
fe? Esto no significa que no deba disfrutar de la oración, que usted deba orar sin ninguna emoción en absoluto.
Usted debe hablar a Dios intensamente y con fervor— mostrándole que es sincero
en lo que dice. Y nada tiene de malo sentirse bien después de orar —
simplemente no confunda las emociones con la fe.
Pero
recuerde, los cristianos también tienen sus días malos. La mayoría de las veces usted se sentirá mejor
por haber descargado lo que llevaba en la mente. Pero otras veces quizás
termine sin sentirse muy bien—en especial durante tiempos críticos. Pero eso no
significa que usted no hizo contacto con Dios. No bate de alcanzar un clímax
emocional; bate de comunicarse—ese es el objeto de la oración.
Haga de la oración un habito de
mayor importancia en su vida diaria
A menudo surge la pregunta: "¿Cuánto tiempo deba orar?" "¿Cuantas
veces al día?" En la Biblia no existe una afirmación lisa y llana al
respecto. De hecho, el regatear sobre cuan a menudo, y cuanto tiempo, es pasar
por alto completamente el objeto de la oración. La verdadera pregunta debiera
ser: ;,
Hay
alguna ocasión en la que un cristiano no debe orar? "Caminar con
Dios" significa hablar con Él a lo largo del día. Significa tener una
relación tan estrecha con Dios que usted puede hablarle a cualquier hora del
día o de la noche, en cualquier lugar, bajo cualquier circunstancia, en
cualquier posición. Usted puede darle las gracias al instante por una
bendición, o pedir su ayuda en unos cuantos segundos durante una emergencia sin
doblar la rodilla o emitir un sonido. Esto es lo que Pablo quiso decir cuando
dijo a los cristianos que orasen "sin cesar" (1 Ts. 5:17).
No
obstante, nuestra vida espiritual debe ser mantenida por lo que podrán llamarse
sesiones "intensivas" o "fuertes" de oración —de rodillas y
en privado. Estas son "las más importantes y, a menudo, las más productivas.
La mayoría de las veces, es en esta forma que usted tendrá el mayor contacto
con Dios del día. La duración de estas sesiones y su frecuencia variara con la
clase de problemas y preguntas que usted tenga que comunicar a Dios. En la
Biblia solo hay unas cuantas claves sobre la frecuencia y la duración de las
oraciones de los hombres de Dios.
David
oraba a Dios tres veces al día durante un periodo de extreme crisis e inquietud
(Sal. 55:1-17). Daniel tenia la costumbre de orar de rodillas tres veces al día
— ¡aun cuando esto era prohibido! (Dn. 6:10). El profeta Samuel una vez oro
hasta muy entrada la noche cuando la crisis de la desobediencia del rey Saúl
llego a su clímax. Jesucristo oro toda la noche antes de elegir a sus doce
apóstoles (Lc. 6:12). Haga que las sesiones de oración de rodillas se
conviertan en una parte importante de su vida.
Como
dijo Pablo, debemos ser "constantes en la oración" (Ro. 12:12). Y,
además, manténgase en contacto con 131 a lo largo del día — aunque sea solo por
unos cuantos segundos o minutos aquí y allá. Este alerta a la tendencia humana
de escasear en vez de exceder en la practica de la oración. Como en todo lo que
atañe a las cosas del espíritu, el animo estará dispuesto? pero la carne es
débil. No deje que otros intereses o sucesos desplacen la oración de su vida.
Erija su vida en torno a Dios—no trate de hacer que Dios se ajuste a su vida.
Será la mejor inversión en tiempo y esfuerzo que usted hará jamás.
Hágala
un verdadero dialogo Se ha dicho
con frecuencia que la clave para ser un buen conversador es escuchar
atentamente. Para el cristiano esto significa no solo orar, sino también
estudiar la Biblia. Descubra lo que Dios tiene que decirle a usted. Muchas
veces las personas encuentran en las paginas de la Biblia las respuestas a
problemas acerca de los cuales han estado orando. Por esta razón, muchos usan
sus Biblias mientras oran — así hacen de sus sesiones de oración verdaderos
diálogos. Otro beneficio es que usted puede aprender como orar mejor. Usted
puede estudiar la forma en que varios individuos oraron a través de las edades
y la forma en que Dios les respondió. También puede estudiar los Salmos—150
ejemplos de como adorar y apelar a Dios que merecen un estudio muy especial. Para
recibir ayuda y conocer mejor a Dios y su Palabra.
No viva
en ignorancia del Ser Supremo con el que esta hablando, ni de su voluntad para
usted. Por supuesto que estas sugerencias no abarcan todo lo que hay que saber
acerca de la mecánica y los métodos de la oración. Tal vez usted encuentre
algunas mas útiles que otras y hasta desarrolle algunas ideas propias. Pero,
sea flexible— experimente. Tal vez su mejor hora para la oración sea en la
mañana. Quizás usted sea un búho y se encuentre mas alerta por la noche.
Algunos días querrá dedicar mas tiempo orando acerca de sus problemas
personales. Otros días tal vez prefiera concentrarse en las necesidades de la
Iglesia o los problemas de otras personas. Lo importante es orar —
regularmente, cándidamente, con fervor. Establezca una buena relación con Dios
—y mantenga las líneas de comunicación abiertas en todo tiempo. La oración no
es un ejercicio inútil; Dios si escucha. Pedro escribió: ". . . echando
toda vuestra ansiedad sobre el, porque él [Dios] tiene cuidado de
vosotros" (1 P. 5:7). Sabiendo que Dios se preocupa por usted en forma
personal e individual, "Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la
gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno
socorro" (He. 4:16).
(Que es un verdadero cristiano? Por Herbert W Armstrong)
Temas conectados
Capítulo 1: El sermón del monte
Capitulo 2: ¿Qué es el verdadero arrepentimiento?
Capitulo 3: ¿Debe usted ser bautizado?
Capitulo 4: Usted puede ser saturado del poder de Dios
Capitulo 5: La tentación vencida
Capitulo 6 :El por qué de las oraciones sin respuesta
Capitulo 7: Claves para la oración efectiva
(Que es un verdadero cristiano? Por Herbert W Armstrong)
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Capitulo 2: ¿Qué es el verdadero arrepentimiento?
Capitulo 3: ¿Debe usted ser bautizado?
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