¡La Tentación Vencida!
¿Por
qué no tenemos más éxito en nuestra lucha por vivir según las normas de Dios?
¿POR QUÉ en ocasiones tropezamos y caemos? ¿Sabía usted que puede sobreponerse
aun a sus debilidades y tentaciones más persistentes? ¡He aquí cómo!
Por Herbert W. Armstrong
Tiene
usted algún pecado que le acosa y le tortura – algún punto débil, quizás
secreto – al que no ha podido sobreponerse? ¿Se ha batido usted alguna vez con
la tentación, luchado contra ella, solo para darse cuenta después, con gran
remordimiento, que su debate fue un fracaso – que no resultó vencedor después
de todo? Quizás ahora mismo esté usted luchando contra algún vicio o hábito que
lo tiene esclavizado – quizás esté atacándolo y combatiéndolo siempre pero, por
alguna razón, jamás llega a vencerlo.
Sólo los vencedores Esto
es serio. Es un imperativo categórico vencer nuestros pecados, nuestros malos
hábitos y las tentaciones repentinas – expurgarlos por completo – si es que
aspiramos a entrar en el Reino y heredar la vida eterna. “Al que VENCIERE”,
dice Dios, “le daré que se siente conmigo en mi trono” (Apocalipsis 3:21). “Al
que VENCIERE y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las
naciones, y las regirá con vara de hierro” (Apocalipsis 2:26-27). Por ahora, no
todos son llamados. Muchos, aunque han escuchado el verdadero mensaje, jamás
han recibido el CONOCIMIENTO pleno y convincente de la verdad. Sencillamente,
Dios no los está llamando ahora. No obstante, Dios sí está llamando ahora a
ALGUNOS a una vida de separación – a una vida nueva y diferente, guiada por y
llena del Espíritu Santo – a fin de que sus pecados les sean LAVADOS
completamente y puedan CRECER en gracia y en conocimiento. Para que puedan
prepararse a ocupar puestos de gran responsabilidad – como reyes o sacerdotes –
en el REINO que El va a establecer. Y únicamente aquellos que logren la debida
capacitación, mediante este entrenamiento, el triunfo sobre el mal, y el
desarrollo espiritual DURANTE ESTA VIDA TERRENA – serán los que reinen con Cristo.
Estudie bien la parábola de las minas en Lucas 19:11-27. Así pues, la vida
cristiana es una vida nueva y diferente – una vida de TRIUNFOS. ¡El pecado debe
ser extirpado DE CUAJO! Debemos ser justificados
Por qué tropezamos y caemos ¿Por qué, pues, tantos de nosotros
continuamente tropezamos y caemos? Sí, aun aquellos que se esfuerzan, que
luchan y ORAN tenazmente, pidiendo ayuda para vencer algún hábito despreciable.
¿POR QUÉ? Primeramente, notemos parte de la instrucción de Pablo a los
filipenses. “Y ser hallado en El, no teniendo MI PROPIA justicia, que es por la
ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia QUE ES DE DIOS por la fe”
(Filipenses 3:9). Observe que no es NUESTRA justicia, sino LA DE DIOS. David
fue inspirado a escribir: “Todos tus Mandamientos son justicia” (Salmos
119:172). Sí, y AMOR es cumplimiento de la ley – la observancia de los 10
Mandamientos de Dios (Romanos 13:10 y I Juan 5:3).
El tipo de AMOR que se requiere Aquí hay un
problema. Demasiados cristianos están luchando – esforzándose – tratando de
guardar los 10 Mandamientos por su propia fuerza y poder – pensando que SU
propio amor humano es el que cumple la Ley. Demasiados “cristianos” han sido
convertidos únicamente al ARGUMENTO de guardar los 10 Mandamientos de Dios. Jamás
han EXPERIMENTADO la verdadera salvación – pues una conversión verdadera es una
EXPERIENCIA REAL. Lo que estas personas necesitan es ir a un lugar privado – a
solas con Dios, perseverando en ello hasta que en realidad SEPAN que están
convertidas por el PODER DE DIOS y que han recibido su Santo Espíritu. ¡No es
de extrañar que muchos continuamente se desilusionen y piensen en darse por
vencidos!
¡Nosotros los humanos ni siquiera TENEMOS el tipo de amor
que cumple la ley de Dios y nos vuelve justos! ¡EL AMOR proviene de Dios, ya
que Dios ES amor! Y se requiere el “amor de Dios... derramado en nuestros
corazones por el Espíritu Santo” (Romanos 5:5), para cumplir la ley; para
hacernos fieles observantes de los Mandamientos e impartirnos la JUSTICIA misma
DE DIOS. La ley es ESPIRITUAL (Romanos 7:14). Nosotros, carnales. Se requiere
un amor ESPIRITUAL para cumplir una ley espiritual. El Espíritu Santo en
nosotros es meramente ¡LA LEY DE DIOS EN ACCION! Y, puesto que sólo Dios puede
proporcionar el AMOR que nos vuelve justos, la justicia de Dios, no la nuestra,
es la que nos justifica.
Cómo
tener FE Pero,
¿cómo es que podemos recibir este AMOR? Veamos una vez más la Escritura citada
anteriormente: “...la justicia que es de Dios POR LA FE”. Este amor o justicia
llega por la FE. Ahora bien, la mayoría de las personas piensan que la FE – por
medio de la cual hemos de recibir todo lo que Dios nos da – es algo que
nosotros mismos, por nuestra propia fuerza y mediante cierto tipo de esfuerzo
agotador, debemos generar y suplir. Y ¡vaya que si se convierte en un esfuerzo
eso de tratar de tener FE!, ¿no es así? ¡Niñitos en Cristo! ¿Acaso no podemos
ver que si NOSOTROS pudiéramos proporcionar la fe que trae todo lo demás,
entonces nosotros mismo nos ganaríamos nuestra propia salvación por OBRAS?
¡Sería el tipo de justicia que es como TRAPO DE INMUNDICIA (Isaías 64:6) a los
ojos de Dios! ¡Dejemos ya de tratar de generar fe! NOSOTROS no tenemos nada de
fe. ¡La Escritura, en Filipenses 3:9, habla únicamente de “LA FE DE CRISTO”!
¡Jesús tenia VERDADERA FE! ¡El realizaba milagros! El resucitó de entre los
muertos -- ¡Y EL VIVE! ¡Y aquí está el secreto! ¡El nos da – El nos imparte –
SU fe que es firme! Sí, aun la FE es un don de Dios – uno de los DONES
espirituales (Efesios 2:8 y I Corintios 12:9). Entonces, ¿qué debemos hacer
para tener más fe? Simplemente someternos; ceder nuestros deseos, nuestros
propósitos y nuestra voluntad a EL ¡PEDIRLE esa fe en verdadera y fervorosa
oración y confiar en El para que la dé!
¡Por qué no hemos sido librados! Dios
promete en su Palabra: “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea
humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis
resistir, sino que DARA TAMBIÉN juntamente con la tentación LA SALIDA, para que
podáis soportar” (I Corintios 10:13). ¿Pero acaso en su experiencia personal no
le ha parecido a menudo que Dios no ha cumplido esta promesa? Sobrevino la
tentación; usted luchó – oró – pero, a pesar de todo, fue vencido y no encontró
“la salida”. ¿Qué es, pues, lo que anda mal? Jesús dijo: “No te desampararé ni
te dejaré” (Hebreos 13:5). “Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin
del mundo” (Mateo 28:20). La palabra de Dios promete, “El pecado NO se
enseñoreará de vosotros” (Romanos 6:14). Pero, a pesar de todo, ¿no ha visto
usted que el pecado sí se ha ENSEÑOREADO de usted, reduciéndolo a su esclavo?
¿No ha luchado desesperadamente, aun con lagrimas – tan sólo para fracasar
después?
Cómo aplicar y usar la fe ¿POR
QUÉ? ¿Qué es lo que anda mal? Sencillamente que no hemos aprendido a recibir,
aplicar y usar la FE que Dios promete dar. Primeramente, hay algo que NOSOTROS
debemos hacer. Algunos van a un extremo y tratan de hacerlo todo por sí solos.
Otros, por el contrario, se pasan al extremo opuesto – imploran ayuda a Dios,
pero hacen poco esfuerzo ellos mismos y esperan que El lo haga todo. Santiago
dice: “Someteos, pues a Dios, resistid al diablo y huirá de vosotros” (Santiago
4:7). ¡Someterse! ¡Resistir! Esto requiere esfuerzo. Pedro dice que nos humillemos,
echando TODA nuestra ansiedad sobre el Señor y nos manda ser sobrios y
VIGILANTES, porque el diablo anda buscando cómo tentarnos cuando no estamos en
guarda, “al cual RESISTID, firmes en la fe” (I Pedro 5:6-9). Se nos ordena
resistir a Satanás y resistirlo en la fe de Cristo. Sí, pero ¿CÓMO?
Debemos velar La
clave está en la palabra “VELAD”. ¡Estar siempre alertas! ¡Ser siempre
precavidos! ¡Estar en guardia! Es ahí donde flaqueamos. Se requiere un esfuerzo
continuo y vigilante, sin flaquear jamás. ¡Si no fuera por el hecho de que
nosotros mismos debemos hacer un esfuerzo, jamás podríamos ser VENCEDORES! Por
otra parte, si tuviéramos nosotros mismos el poder para realizarlo todo,
entonces no necesitaríamos a Dios. De manera es que, see requiere nuestro
esfuerzo – un esfuerzo siempre VIGILANTE y continuo – pero con la potencia y la
3 eficacia del ESPÍRITU DE DIOS. Continúa Santiago: “Acercaros a Dios y él se
acercará a vosotros” (Santiago 4:8). ¡Ya nos vamos acercando a la respuesta! Cuando llega la tentación, si no estamos en
guardia, nos apartamos DEMASIADO DE DIOS – entonces, nos encontramos
imposibilitados para acercarnos REPENTINAMENTE a El para obtener la ayuda y la
salvación que necesitamos. A veces la comunión con Dios no se establece
inmediatamente.
Un
soldado de Jesucristo No siempre se logra de súbito ese contacto intimo que nos permite
extraer de el poder que súbitamente necesitamos. En otras palabras, cuando la
tentación llega de repente, nos encuentra con la “guardia en bajo” – si no
hemos orado – si no hemos tenido contacto con Dios -- ¡SI NO HEMOS PRACTICADO
NUESTROS EJERCICIOS ESPIRITUALES! Entonces usted entabla una BATALLA contra
Satanás. Trata de luchar con él, pero está FUERA DE ENTRENAMIENTO; en muy mala
condición espiritual. Suponga usted que
un boxeador profesional que estuviera fuera de condición, sin haber entrenado,
se encontrara repentinamente dentro del cuadrilátero peleando contra el campeón
mundial de peso completo. En tales condiciones, ¿cree usted que hombre alguno
pudiera vencer? ¡Pues, considere cuánto más poderoso es Satanás en comparación!
¡Con razón fracasamos! Un luchador así, que hubiera estado disipando sus
fuerzas, parrandeando, debilitándose físicamente, ¿podría REPENTINAMENTE reunir
la fuerza y la habilidad suficientes como para vencer al campeón del mundo?
¿Podría un corredor olímpico realizar una carrera exitosa y ganar sin antes
entrenarse y prepararse diligentemente para la carrera? ¿Cree usted que ganaría
si estuviera EN PÉSIMA CONDICIÓN FÍSICA cuando tuviera lugar la competencia? Pues igualmente nosotros no podemos vencer en estas batallas espirituales
estando fuera de condición ESPIRITUAL. Todo el poder, toda la fuerza espiritual
proviene de Dios. ¡Y nosotros podemos beberla y absorberla de El sólo cuando
estamos EN CONTACTO CONTINUO con El! Pero cuando las tentaciones nos avasallan
de repente – y luchamos y clamamos desesperadamente a Dios pidiéndole ayuda –
si no somos librados es que sencillamente nos hemos apartado DEMASIADO DE EL
como para lograr lo que pedimos. Para llegar a estar en una condición
espiritual vigilante con qué hacer frente a nuestros enemigos – la tentación y
el pecado – necesitamos un entrenamiento espiritual.
La oración Necesitamos
ORAR constante, ferviente y sinceramente. Es por ello que se nos ordena tan
frecuentemente PERSEVERAR EN LA ORACIÓN. ¡NO CESAR! Si nosotros nos acercamos a
Dios y luego PERMANECEMOS siempre cerca de El, nuestro problema habrá sido
resuelto. Entonces tendremos la FE. Entonces estaremos continuamente LLENOS de
su Espíritu – de su poder para vencer. Y seguiremos en buena condición
espiritual únicamente en tanto mantengamos nuestra mente – nuestros deseos y
pensamientos – en cosas ESPIRITUALES. Lea Colosenses 3:1-10. la mayoría de
nosotros tenemos nuestras mentes llenas de problemas e intereses terrenales y
materiales, dedicándonos a lo espiritual únicamente en ocasiones. Pero el
mandato es buscar PRIMERAMENTE el Reino de Dios y SU JUSTICIA. A veces es
necesaria una acometida de AYUNO Y ORACIÓN – oración fervorosa, diligente,
decidida para buscar a Dios con toda nuestra fuerza, aun con lagrimas, y
perseverar en ello RESUELTAMENTE hasta que logremos hacernos escuchar. Entonces
debemos CONTINUAR una vida de constante oración, “echando TODA nuestra ansiedad
sobre EL” (I Pedro 5:7). Esto no lo estamos haciendo. Si lo hiciéramos, cada
día tendríamos incontables motivos para orar. Y todo campeón espiritual
necesita orar EN PRIVADO cada día, con verdadero fervor, además de orar con su
familia y en publico cuando así se requiere.
¿Lo vale la vida
eterna?
Como evitar el pecado
¿Sabia usted
que si es pecado hacer determinada cosa, también es pecado albergar en su mente
pensamientos de esa misma cosa? "Todos han pecado", dice la
Escritura. ¿Que, exactamente, es el pecado?
Muchos consideran a Hollywood como
la Meca del pecado. En las librerías de esa ciudad se puede encontrar un
librito bastante mundano, escrito en vena muy humorística y mordaz. Se titula,
Como pecar en Hollywood.
En el se da una definición muy carnal de lo que es el
pecado— quizás la definición del mismo diablo, que dedica su tiempo a inducir a
las gentes al pecado. La definición es expresiva y no esta muy lejos de la
verdad.
Hela aquí: "El pecado es pensar lo que uno no debe pensar acerca
de cosas que uno no debe hacer, mientras que piensa eso que no debe
pensar".
La definición de Dios es: "El pecado es la trasgresión de la
ley"—la ley de amor, según es definida por los Diez Mandamientos (1 Juan
3:4). Jesús dijo: "Lo que del hombre sale, eso contamina al hombre. Porque
de dentro, del corazón de los hombres salen los malos pensamientos, los
adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias
[violación es, todas , de la ley—los Diez Mandamientos]..." (Marcos
7:20-22). "Todos han pecado". Y ¿que hombre—en particular, que
cristiano—hay que no haya experimentado una y otra vez la lucha contra el
pecado descrita por el apóstol Pablo? "Porque lo que hago no lo entiendo;
pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago... porque el querer
el bien esta en mi, pero no el hacerlo. Porque no hago el bien que quiero, sino
el mal que no quiero, eso hago" (Ro. 7:15-19). ¿Quién hay que no haya
perdido esta lucha, quizás muchas veces? Por supuesto que ningún hombre, de si
mismo, puede vivir al margen del pecado. "Para los hombres esto es
imposible; mas para Dios todo es posible" (Mt. 19:26). Y Pablo continua
mostrando que la única liberación de este "cuerpo de muerte" es a
través de Jesucristo y el poder que imparte el Espíritu Santo de Dios—
"para que la justicia de la ley se
cumpla en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al
Espíritu... estos son los hijos de Dios" (Ro. 8:4, 14).
Si, pero también
nosotros tenemos nuestra parte en ello. Y todo esta directamente relacionado
con nuestra mente.
Arrepentirse de haber pecado significa, efectivamente,
cambiar de ideas y de actitud respecto al pecado. Si nos arrepentimos y
aceptamos a Jesucristo como nuestro Salvador, la promesa de Dios es que
recibiremos el don del Espíritu Santo. "Renovaos en el espíritu de vuestra
mente" (Ef. 4:23)—y la presencia del Espíritu Santo es precisamente esa
renovación de la mente. Pero, ¿como tiene lugar el pecado? "...cada uno es
tentado cuando de su propia concupiscencia [deseo] es atraído y seducido. Entonces
la concupiscencia [ese deseo en la mente], después que ha concebido, da a luz
el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte" (Stg. 1:
14-15). La tentación esta en la mente. Cuando usted piensa acerca de la cosa
que lo tienta o lo atrae—cuando "le da vueltas" en su mente—ya sea el
deseo de ir a alguna parte, de hacer algo o de tener algo que usted sabe es
malo —ese constante pensar en ello finalmente conduce a la acción y engendra el
pecado. Al fin, usted lleva a cabo esa cosa que tanto pensó y deseo. Si
continua pensando en ella, después de un rato le será imposible resistir.
Es
por esto que ha perdido tantas de las batallas espirituales contra el pecado.
¡Usted siguió pensando en ello—queriéndolo—deseándolo!
La forma de evitar el
pecado es permitir que el Espíritu de Dios llene la mente. "Poned la mira
en las cosas de arriba, no en las de la tierra" (Col. 3:2). La forma de
sacar algo de la mente es poner dentro un pensamiento totalmente opuesto. Muy a
menudo, noto como los padres jóvenes tratan, con verdadera desesperación, de
acallar a su bebe cuando flora en una reunión o hostería. Pues bien, hay algo
en la mente de ese bebe que esta ocasionando su descontento. El mero decirle
"shhhh" u ordenarle que deje de llorar generalmente no da muy buen
resultado. Mi esposa y yo criamos cuatro hijos y hace mucho aprendí el truco de
acallar al bebe meramente fijando su atención en otra cosa. En vez de ordenarle
que deje de llorar, atraiga usted su atención con un nuevo objeto—interéselo en
jugar con ese objeto (yo he utilizado mi pluma con excelentes resultados) y
vera con que rapidez el niño se olvidara de su llanto. Utilice este mismo
método en sus luchas personales de cosas materiales o mundanas. Una persona
madura debe hacer uso de la autodisciplina y fijar su mente en cosas
espirituales. Abra su Biblia. Ponga en su mente el estudio de algún tema
espiritual. Hágalo la próxima vez que se vea tentado. Ore. Pida ayuda a Dios.
Vera con que rapidez tan sorprendente empezara a obtener la victoria sobre la
tentación y el pecado. Y su crecimiento espiritual y el desarrollo de su
carácter serán asombrosos.
(Que es un verdadero cristiano? Por Herbert W Armstrong)
Temas conectados
Capítulo 1: El sermón del monte
Capitulo 2: ¿Qué es el verdadero arrepentimiento?
Capitulo 3: ¿Debe usted ser bautizado?
Capitulo 4: Usted puede ser saturado del poder de Dios
Capitulo 5: La tentación vencida
Capitulo 6 :El por qué de las oraciones sin respuesta
Capitulo 7: Claves para la oración efectiva
(Que es un verdadero cristiano? Por Herbert W Armstrong)
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Capitulo 3: ¿Debe usted ser bautizado?
Capitulo 4: Usted puede ser saturado del poder de Dios
Capitulo 5: La tentación vencida
Capitulo 6 :El por qué de las oraciones sin respuesta
Capitulo 7: Claves para la oración efectiva
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